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Extremadura

Ubicación de Extremadura

Escudo de Extremadura

 Bandera de Extremadura

Extremadura (Estremaura en extremeño y en la fala ) es una comunidad autónoma española, compuesta por dos provincias: Cáceres al norte y Badajoz al sur, y situada en el cuadrante suroeste de la península Ibérica. Su capital es Mérida...

 

 

Extremadura limita al norte con Castilla y León (provincias de Salamanca y Ávila); al sur, con Andalucía (provincias de Huelva, Sevilla y Córdoba); al este, con Castilla-La Mancha (provincias de Toledo y Ciudad Real); al oeste, con Portugal.

La población total de Extremadura es de 1.634.026 hab. de los cuales, el 34% viven en las cinco ciudades más pobladas de la Comunidad Autónoma: Badajoz, Cáceres, Mérida, Plasencia y Don Benito. La región es la mayor productora de tabaco de Europa. Tiene varias denominaciones de origen tales como la Torta del Casar, la Torta de la Serena, el Pimentón de la Vera o las Cerezas del Valle del Jerte. Su territorio es cálido en el sur y templado, e incluso frío en el norte. Está dotado de gran belleza medioambiental, sobretodo en el norte y de un gran Patrimonio Histórico. Cuenta así mismo con un importante sector turístico, concentrado en las ciudades de Cáceres, Plasencia, Trujillo, Mérida, Jaraíz de la Vera o el Valle del Jerte. El pico más alto de la región es el Calvitero, situado en el noreste de la Provincia de Cáceres, con 2401 msnm.

Por Extremadura pasan dos de los ríos más importantes de la Península Ibérica: el Tajo, y el Guadiana. Gracias a ellos se produce una agricultura de primera calidad y se producen el mejor pimentón y Tabaco del mundo. Gracias a estos ríos también se produce arroz de primera calidad.

Las pruebas de presencia humana más antiguas del actual territorio de Extremadura datan del periodo Paleolítico Inferior. En los yacimientos —en su mayoría superficiales— se han hallado herramientas toscas de cuarcita y, en menor medida, de granito, pero no se han encontrado restos de cadáveres humanos.

La técnica usada para construir las herramientas consistía en golpear la piedra con un percutor de piedra o cuerna hasta conseguir filos, puntas, muescas, hachas, picos...

Los restos más antiguos se corresponden con la fase media del periodo Achelense (hace unos 700000 años).

La guerra de 1640 fue el inicio de una sucesión trágica de guerras devastadoras para Extremadura que no acabó hasta la finalización de las guerras napoleónicas, ya en el siglo XIX.

La guerra menos referida en los libros escolares españoles, la llamada Guerra de Restauración portuguesa (Guerra da Restauração, en portugués) mantenida con Portugal desde 1640 hasta 1668, transformó a Extremadura de una manera determinante y marcó su destino hasta tiempos muy recientes.

La prepotencia de la nobleza española trató a Portugal, su vasto imperio, su singular cultura y su importancia naval y comercial, como un territorio más de un imperio por otra parte difícilmente gobernable en muchos aspectos, por lo complejo y extenso, durante el periodo en el que Portugal formó parte de la Monarquía Hispánica (1580 - 1640), desde el reinado de Felipe II, hasta el de Felipe IV.

Analizada desde la perspectiva de sus consecuencias, especialmente para Extremadura, fue sin duda una de los peores servicios hechos a la historia de España, por unos gobernantes que les falto la altura de miras para entender el poder y la influencia que podría haber alcanzado aquel imperio, si esa unión dinástica hubiera tenido más éxito que el que tuvo.

La guerra con Portugal transformó las ciudades y los pueblos extremeños de una manera notable. Se produjo una gran despoblación y un gran abandono de tierras de labor. Las continuas escaramuzas por la frontera y el asentamiento casi durante treinta años de los soldados en las poblaciones extremeñas, provocó una crisis que se acrecentó tras el final de la guerra, al convertirse este territorio de nuevo en la "Extremadura". Otra vez territorio de frontera, con un imperio muy poderoso y con una gran carga de recelo tras el largo período de hostilidades.

En 1653 la ciudad de Plasencia decide recuperar el voto en Cortes que durante la Edad Media había tenido y comprarlo por valor de 80.000 ducados. Para ello propone una alianza a las ciudades de Badajoz, Mérida y Trujillo y a las villas de Cáceres y Alcántara para comprar conjuntamente dicho voto y conformar de este modo la provincia de Extremadura. Es pues en este momento cuando surge Extremadura como entidad política, a la que posteriormente se unirían otras localidades y la provincia de León de la Orden de Santiago.

No habían pasado treinta y cinco años del final de la guerra con Portugal y España se ve envuelta en la Guerra de Sucesión Española (1702-1713), que acaba de arruinar Extremadura, con la práctica destrucción de Badajoz a manos austriacas y la destrucción de los pueblos del valle del Tajo y del Guadiana. A efectos transfronterizos, es una nueva guerra con Portugal, que viene a abrir aún más la brecha que separa ambos países. Buena prueba de ello es la destrucción por parte de los españoles, de Puente Ajuda en 1709, cuyas ruinas han sido durante siglos, la expresión material de desencuentro ibérico.

Durante la Guerra de la Independencia Española (1808-1814, Extremadura registra un nuevo periodo de convulsiones y penurias al estar situada en la encrucijada estratégica por la que pugnan las tropas ocupantes francesas y las nacionales, ayudadas por el ejército inglés al mando del Duque de Wellington. Durante este periodo, la guerra y las hambrunas contribuyen aún más a la despoblación de la región. A modo de ejemplo, durante el verano 1809 se produce en la localidad de Hoyos el vil asesinato de Juan Álvarez de Castro, Obispo de Coria a manos de las tropas francesas mandadas por el Mariscal Soult.

La segunda mitad del siglo XX estuvo marcado por la sangría demográfica en la región. Se calcula que más de 800.000 personas abandonaron Extremadura para buscar una mayor prosperidad en otras regiones españolas, como País Vasco, Madrid o Cataluña, y en otros países, como Francia, Alemania u Holanda.



Escudo de Provincia de BadajozBandera de Provincia de Badajoz

 

Badajoz es una provincia de España, perteneciente a la comunidad autónoma de Extremadura, donde ocupa su parte meridional. Está situada al suroeste de la Península Ibérica, en la frontera con Portugal, en la Submeseta Sur.

Limita al este con la comunidad de Castilla-La Mancha, a través de las provincias de Toledo y Ciudad Real. Al sur linda con las provincias de Huelva y Sevilla y al sureste con la de Córdoba, todas ellas en Andalucía. Al norte aparece la provincia de Cáceres, que, con la de Badajoz, integra la comunidad autónoma de Extremadura. Al oeste, se encuentra Portugal.

Con una superficie de 21.766 km², Badajoz es la provincia más extensa de España. La otra provincia extremeña, Cáceres, es la segunda en extensión, con 19.868 km².

En la provincia de Badajoz, se encuentra Mérida, capital de Extremadura. No obstante, su núcleo urbano más poblado es Badajoz, ciudad de la que la provincia toma su nombre y que ostenta la capitalidad de la misma. Aquí tiene su sede la Diputación de Badajoz, la institución que gobierna la provincia.


Escudo de Provincia de CáceresBandera de Provincia de Cáceres

Cáceres es una provincia de España, situada al suroeste de la misma y norte de la comunidad autónoma de Extremadura. Limita con Castilla y León a través de las provincias de Salamanca y Ávila y con Castilla la Mancha por Toledo. Al sur se encuentra Badajoz, y al oeste la frontera con Portugal.

Las pruebas de presencia humana más antiguas del actual territorio de Extremadura datan del periodo Paleolítico Inferior. En los yacimientos —en su mayoría superficiales— se han hallado herramientas toscas de cuarcita y, en menor medida, de granito, pero no se han encontrado restos de cadáveres humanos.

La técnica usada para construir las herramientas consistía en golpear la piedra con un percutor de piedra o cuerna hasta conseguir filos, puntas, muescas, hachas, picos etc. Los restos más antiguos se corresponden con la fase media del periodo Achelense (hace unos 700 000 años).

Los yacimientos más antiguos están cerca de donde hay piedra adecuada para tallar y construir, pues, las herramientas y útiles. Además se encuentran cerca de los ríos y de los grandes afluentes. Las áreas de más concentración de yacimientos del periodo Achelense son: pantano de Valdecañas, río Alagón, Jerte y El Sartalejo.

Los instrumentos más destacados de esta época son el bifaz, el hendedor y el pico triédrico.

 


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